Ayer estuvimos el papel que tiene el cine dentro del propio cine. De como este recurso ensalza la figura del séptimo arte y a la vez nos da una visión diferente de como es la industria. Incluso en muchas ocasiones haciendo crítica dentro de la misma. Por eso hoy, desde milyunahistorias, os queremos recomendar 10 películas donde el cine se mete dentro del propio cine y nos cuenta una historia.
Diez películas sobre el séptimo arte que no te puedes perder
Babylon (Damien Chazelle, 2023)
Una historia de ambición y excesos desmesurados. Esta recorre la ascensión y caída de múltiples personajes durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood, en los años 20. Con Babylon pone más el foco en la hostilidad de la insdustria en sí. Reflexiona sobre la crueldad y de Hollywood a la hora de destruir vidas, sin que ello implique que aparezcan una y otra vez sustitutos, incluso para quienes se creían irremplazables. El espectáculo debe continuar. Nos crea una visión sobre lo que fue para Hollywood el paso del cine mudo al cine sonoro y cómo esto afecto a grandes leyendas de la pantalla que se creían implacables. De la misma manera, nos muestra las dificultades de los inicios para todos aquellos aspirantes a actores, actrices, músicos, ártistas y de cómo la industría, a veces sin esperarlo, se cobra vidas a su paso.
Competencia oficial (Mariano Cohn, Gastón Duprat, 2021)
En busca de trascendencia y prestigio social, un empresario multimillonario decide hacer una película que deje huella. Para ello, contrata a los mejores: un equipo estelar formado por la celebérrima cineasta Lola Cuevas y dos reconocidos actores, dueños de un talento enorme, pero con un ego aún más grande: el actor de Hollywood Félix Rivero y el actor radical de teatro Iván Torres. Ambos son leyendas, pero no exactamente los mejores amigos. A través de una serie de pruebas cada vez más excéntricas establecidas por Lola, Félix e Iván deben enfrentarse no solo entre sí, sino también con sus propios legados.
Cine dentro del cine, con mucha ironía y abundantes dosis de humor negro. Una película que muestra el trabajo que conlleva poner en marcha una película de cine, poniendo el foco en la fase de preproducción, especialmente los ensayos. Aunque el proceso contiene elementos reales, estos se retuercen deliberadamente poniendo el acento en el narcisismo de directora y actores, para provocar las risas del espectador.
Érase una vez… En Hollywood (Quentin Tarantino, 2019)
Los Angeles de 1969, donde todo está cambiando, y donde la estrella de la televisión Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), y Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de muchos años, se abren camino en una industria que ya prácticamente no reconocen. Esta película es una declaración de amor al cine. Toda la narración está sembrada de detalles encantadores que harán la delicia de los cinéfilos, con los rodajes, los clips promocionales, la visita a las salas de cine, las fiestas de Hollywood, la ilusión de verse en pantalla, las fotos con los fans, los decorados de los grandes estudios y la irrupción de la televisión.
Birdman (Alejandro González Iñárritu, 2014)
Comedia negra que cuenta la historia de un actor, famoso por dar vida a un emblemático superhéroe, que lucha por montar una obra de teatro en Broadway. En los días que preceden a la noche del estreno se enzarza con su ego y trata de recuperar a su familia, su carrera y a sí mismo.
En esta cinta, se abordan cuestiones como el narcisismo y la petulancia de los actores, las dificultades para formar y mantener con solidez los vínculos familiares, el desgaste psicológico y la presión que supone sacar adelante una obra de teatro. Al precio personal que se paga en un proyecto de índole creativa en que uno pone el alma, que lleva a reacciones extremas y al desorden de los afectos o a la adicción a sustancias, se suma lo que rodea a su acogida, la reacción del público, a veces frívola y más hoy con el uso de las redes sociales, y la de la crítica, a veces ridículamente endiosada, otras siendo ella misma la que encarna la inesperada virtud de la ignorancia que atribuye a aquellos que juzga.
La Invención de Hugo (Martin Scorsese, 2011)
París, tras la Primera Guerra Mundial. El pequeño Hugo Cabret, que ha heredado de su padre el gusto por los inventos, se ha quedado huérfano. Vive solo en la torre, junto a la complicada maquinaria que ayuda a marcar las horas, sin que nadie lo sepa. Toda su ilusión es poner en marcha un autómata que andaba reparando su padre, y que cree que le ayudará a dar un sentido a su vida. Le ayudará Isabelle, que siempre ha deseado vivir una ventura, y se encuentra bajo la tutela de sus padrinos Georges y Jeanne. El viejo Georges regenta una tienda de juguetes mecánicos, de la que de vez en cuando Hugo se lleva piezas, y está amargado por algún suceso indeterminado del pasado.
De nuevo, tanto el libro en el que se basa, como la película, es un homenaje al cine mediante el uso de la historia de sus primeros años. Todo ello, centrándose en la historia real de Méliès, un mago de gran éxito que descubrió el cine en la primera proyección pública de los hermanos Lumiere. Este comprendió, enseguida, que eso le serviría para experimentar un sinfín de trucos ópticos, con los que transformaría la historia del séptimo arte. Como los Lumiere no quisieron venderle una cámara, construyó una propia y empezó a investigar para crear películas parecidas a sus trucos de ilusionismo. Con ello consiguió resultados sorprendentes, siendo el inventor de el truco de sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, y también de la exposición múltiple del negativo y los fundidos a negro y desde negro.
Mi semana con Marilyn (Simon Curtis, 2011)
Sir Laurence Olivier va a rodar una película en Londres. Colin Clark, un joven estudiante de cinematografía, se las arregla para trabajar en la producción. La llegada a Londres de la rubia explosiva Marilyn Monroe para el rodaje revoluciona la ciudad. De la misma manera, Olivier intenta atender sus múltiples exigencias y manejar sus inseguridades a la hora de interpretar. Colin se siente atraído por la actriz, que también se interesa por él y le abre su mundo interior donde lucha con su fama, su belleza y su deseo de convertirse en una gran actriz.
Esta es una de esas películas donde el cine se mete dentro del cine de manera literal. Sobre todo en la maestría a la hora de recrear las escenas más míticas de la película en la que se centra la cinta: «El principe y la corista». Se nos muestra los procesos de rodaje ya no solo en el propio plató, sino en la parte que nadie ve. De la misma manera nos muestra la cara más privada de Marilyn Monroe y de los miedos e inseguridades que la perseguían en su trabajo como actriz.
The Artist (Michel Hazanavicius, 2011)
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo, sus películas son garantía de entretenimiento y una máquina de ganar dinero. Lo que no impide que viva en un matrimonio infeliz. Conocerá a Peppy Miller, una joven con deseos de triunfar en la pantalla, y a la que echa un pequeño cable. La llegada del sonido para las películas supondrá el declive de Valentin, mientras que Miller alcanza la cumbre del éxito. Aunque ella trata de ayudar al otro, existe una dificultad difícil de salvar, su orgullo, que le hace despreciar el cine hablado y cualquier gesto de compasión de los otros.
En esta cinta, que se llevó el Oscar a Mejor película ese mismo año, el director nos entrega una película muda a la antigua usanza, lo que incluye formato de pantalla 4:3, rótulos como los de antaño, acompañamiento de orquesta, gesticulación exagerada de los actores para remarcar su estado anímico… También el recurso al montaje paralelo o los ángulos al más puro estilo expresionista.
Adaptation. El ladrón de orquídeas (Spike Jonze, 2002)
Un buen día el guionista Charlie Kaufman recibió el encargo de escribir un guión basado en «El ladrón de orquídeas», libro de Susan Orlean surgido de un artículo que ella misma escribió para The New Yorker. Narraba allí la pintoresca vida de John Laroche, que se aprovechaba de los derechos de los indios seminolas para recoger orquídeas protegidas en los pantanos. En vez de acometer una adaptación al uso, Kaufman escribió un libreto sobre sus dificultades al acometer dicho guión. El resultado es un juego de “muñecas rusas”, donde se entrelazan realidad y ficción. Con esta película, el director, pero sobre todo el guionista, hace una reflexión sobre el bloqueo artístico para los escritores a la hora de hacer adaptaciones, y la frustración que ello genera, sobre todo cuando vas contrarreloj.
Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1989)
Salvatore, director de cine de éxito, vuelve a su pueblo natal para asistir al funeral de su viejo amigo Alfredo, quien fue el proyeccionista durante su infancia en Sicilia. Pronto los recuerdos de su primer amor con la bella Elena y de todos los capítulos que marcaron su feliz infancia vuelven a su mente. Todo ello conecta a Salvatore con la comunidad que abandonó 30 años atrás. De nuevo, una película que rinde un claro homenaje al cine y su memoria. Cinema Paradiso alcanzó un lugar importante en el corazón de los aficionados. Muchos la consideran una de las cintas que mejor reflejan la magia del cine, un sentimiento ligado a una época que hace mucho tiempo que se esfumó. Es quizá en esa capacidad de mezclar drama y comedia donde reside el éxito de la película.
El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950)
Con El crepúsculo de los dioses, se ahondó en lo que oculta la imagen glamourosa de Hollywood. Nadie antes se había atrevido a dirigir una película sobre el lado oscuro de la meca del cine. Era la novedad de una historia en el fondo antigua. Deseos de brillar, nostalgia de la posición de antaño, anhelo de riqueza, abuso de los sentimientos del otro y del poder. Temas previos a Hollywood, y que todavía hoy dominan la vida de los hombres.
Wilder puso patas a una trama: la relación entre una vieja gloria del cine mudo y un joven. Ella anclada en el pasado, en una mansión decadente. Él, guionista, con ganas de triunfar en Hollywood. Pero tras la idea vino el bloqueo. ¿Y qué más? Nada. Pasaron semanas. Hasta que saltó la chispa: ¿y si la vieja dama matara al joven guionista? De ahí salió el resto. Por un lado, el guionista sin blanca. Por otro, la estrella caída rica que le compra poco a poco, primero su tiempo y trabajo, luego su amor. Ella tenía un mayordomo con un pasado misterioso… Aquello cobraba forma de tragedia griega, con personajes que desean brillar en el Olimpo de Hollywood, y caen en pecados no muy distintos a los de los dioses helenos.