Hace una semana, desafortunadamente, nos dejó el director Carlos Saura. Justo un día antes de la gala de los premios Goya, donde se le entregó el Goya honorifico a toda una carrera dedicada al cine. Hoy en milyunahistorias queremos hacer nuestro pequeño homenaje al que ha sido uno de los grandes directores del cine español.
La historia antes del director
Carlos Saura nace en Huesca en 1932. Vivió una infancia azarosa en plena guerra civil, razón por la cual su familia tuvo que refugiarse en las zonas republicanas de Madrid, Barcelona y Valencia. Esto le marcaría e influiría profundamente a lo largo de su futura carrera cinematográfica. Finalizado el conflicto, regresó a su ciudad natal y dos años más tarde, en 1941, se trasladó a Madrid para estudiar el bachillerato. Allí inició sus primeros trabajos como fotógrafo, participando en varias exposiciones.
En 1952 ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), donde se diplomó con el título de director en 1957 con la práctica Tarde de domingo. Un año más tarde, dicha institución le contrató como profesor de prácticas escénicas. Su debut en la pantalla fue como guionista y director de Los golfos (1957), un primer acercamiento a la juventud marginal española que, al ser seleccionada por el Festival de Cannes (Francia), despertó las iras de la censura franquista.
Durante el certamen conoció al cineasta Luis Buñuel. Este le animó a concluir su obra maestra inacabada Simón del desierto y forjaron una profunda y respetuosa amistad. Fruto de ella fue la colaboración de Buñuel en el papel del verdugo en las escenas iniciales de Llanto por un bandido (1964), biografía romántica del bandolero andaluz José María el Tempranillo.
Una lucha contra la censura
Cuando aún caía sobre España el telón polvoriento del franquismo, el cine de Carlos Saura logró sortear con creatividad y metáforas las azadas de la censura. Para ello, fue imprescindible la figura del productor Elías Querejeta. Este consiguió abrir la mirada internacional sobre nuestro cine en festivales tan importantes como los de Cannes y Berlín. La caza (1966), fue uno de los mejores ejemplos de aquello. Con su simbolismo, Saura pudo colar la crítica social de una España franquista en las salas de cine. Una de las claves fue su paso por el festival de la Berlinale, donde la cinta consiguió el Oso de Oro a la Mejor Película y, con ello, una repercusión internacional que allanaría el camino.
Gracias al carácter camaleónico de Querejeta, las producciones de Saura se aprovecharon de las necesidades propagandistas imperantes en aquellos años. La idea siempre era conseguir que las películas, obtuviesen el rédito internacional para poder estrenarse en España con el beneplácito de las instituciones. Todo ello, a pesar de ser cintas de realismo crítico y discursos disidentes al régimen.
Su ácida visión de la burguesía española inspiró una serie de excelentes películas interpretadas por su musa y compañera, Geraldine Chaplin. Películas como Peppermint frappé (1967), galardonada con el Oso de Plata en el certamen de Berlín, El jardín de las delicias (1970), Ana y los lobos (1972) o Cría cuervos (1957). En una etapa fructífera y arriesgada, Carlos Saura consiguió otros valiosos galardones, como el Premio Especial del Jurado en Cannes por La prima Angélica (1973). Durante la década de 1970 se afianzó como un insólito diseccionador de los defectos nacionales, de forma onírica y muy personal; en este sentido, destaca la simbología racial de la citada Ana y los lobos (1972) y su secuela, Mamá cumple cien años (1979), que fue nominada para el Oscar a la Mejor Película Extranjera.
El terreno musical
Si de algo presume el realizador aragonés es de tener un buen oído para la música. Su madre era pianista profesional y él siempre ha elegido personalmente las canciones que han aparecido en sus películas de ficción. Destacan producciones como ‘Bodas de sangre‘ (1981), de Federico García Lorca, ‘Carmen’ (1983) y ‘El amor brujo’ (1986). A través de las décadas de los 80 y 90 consolidaría otras relaciones creativas. Gracias a ello encontraría su gran éxito en los premios Goya: ‘¡Ay, Carmela!’ de 1990. Coescrita por Rafael Azcona, fue un éxito de taquilla y una de las películas con más premios Goya de la historia de los galardones con un total de 13 cabezones.
Hasta siempre, Carlos Saura
Una carrera absolutamente deslumbrante, títulos emblemáticos y colaboraciones imprescindibles para la historia de nuestro cine. Carlos Saura nos dejó este 10 de febrero de 2023 a los 91 años de edad. Días antes del estreno en el Teatro Infanta Isabel de Madrid de la obra ‘Lorca por Saura’. Aun así, seguirá siendo un referente para los que están y los que vendrán.
Fuentes:
https://www.rtve.es/television/20230213/carlos-saura-arte-esquivar-censura/2075083.shtml
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/saura_carlos.htm