Nos levantamos, un día más, con un nuevo post sobre el mundo de la producción cinematográfica. Hoy vamos a hablar de uno de los pasos que consideramos más importantes de la fase de postproducción. Porque de nada sirve tener un gran producto, si no sabes como venderlo. Es por ello que hoy, desde milyunahistorias, vamos a hablar de LA DISTRIBUCIÓN. Si tienes una productora, por pequeña que sea, en necesario que cuentes o vayas tomando contacto con alguien que cumpla el papel de distribuidor y lleve a cabo esta labor.
¡Comencemos!
Lo primero de todo: ¿Qué es la distribución en el cine?
La distribución de cine es ese proceso por el cual una obra cinematográfica se comercializa y se pone a disposición del público.
Por lo general, esta tarea la realiza una empresa o un distribuidor por cuenta propia. Este adquiere los derechos sobre la obra que se quiere mover para comercializarla en las diferentes ventanas de distribución: salas de cine, festivales, televisión u otras plataformas. Esta distribución puede ser también la venta por derechos de emisión a televisiones u otras plataformas. Y después de eso, se pueden vender en soportes digitales a tiendas, o desde cualquier punto de venta que se nos pueda ocurrir. Así de simple.
Es por eso que, para hacer llegar cualquier tipo de obra audiovisual a los diferentes mercados, las productoras cuentan con empresas expertas en dichos mercados, ya que, por lo general, una productora no tiene los medios para la comercialización directa.
Pero… ¿Qué hace exactamente el distribuidor?
Para que te hagas una idea, los distribuidores ponen su estructura y red comercial a disposición del productor. A si vez, este le garantiza determinadas condiciones de exclusividad sobre la película. Por ambas partes se firma un contrato en el que se refleja la cesión de los derechos de explotación (reproducción, distribución, promoción e incluso la opción de cambiar el título según el territorio o mercado) de la obra audiovisual, para que éste los ceda a su vez a terceros: exhibidores, plataformas en streaming, cadenas de televisión…etc. El distribuidor también puede encargarse de los trabajos de doblaje y subtitulado de la versión original y adaptarla al idioma de su mercado. Aunque es el productor el que se encarga de supervisar las versiones dobladas para garantizar su calidad.
¿Dónde podemos hacer esa distribución?
Existen varios lugares donde vender los derechos de nuestra producción. Por supuesto todo depende de el plan que tengamos para nuestra producción y de qué tipo de producción se trate.
Un clásico, las salas de cine
En el caso de películas, y desde el principio de los tiempos del cine, la distribución en cines y la recaudación por taquilla ha sido la principal fuente de ingresos y recuperación del coste de una producción. De modo que es importante si tenemos una película estrenarla en el mayor número de cines posibles, por lo que en este caso existe una difícil negociación, dependiendo siempre del tipo de película, actores que salgan en ella, etc.
Televisión/plataformas
Cada día está mas normalizado que muchas películas se estrenen en plataformas directamente sin pasar por las salas de cine. Estas plataformas han tomado mucha fuerza los últimos años y eso se ve en la cantidad de producciones originales que tienen. Es por ello que poder acceder a estos espacios para vender tu proyecto es imprescindible. Para profundizar más en este campo, te dejamos este post sobre cómo vender un proyecto a Netflix.
Festivales de cine
Por último, pero no por ello menos importante, no debemos olvidar que si nuestra película/cortometrajes son de corte más alternativo, bajo coste, independientes o actores y técnicos no reconocidos también tenemos un lugar donde acudir, en muchas ocasiones muy interesante ya que puede abrir muchas puertas. Y estos lugares son los certámenes y los concursos realizados por todo el mundo, en los que poder mostrar o entrar a concurso con nuestra producción. Ofreciendo al mundo nuestro talento en todas sus facetas.
Conclusión
Sin duda alguna, la distribución cinematográfica se debe tomar como una fase más de la producción. Tanto lo haga una empresa externa a la productora en sí, como si la hace esta misma, hay que tener especial atención a todo lo que se hacer, ya que esto marca la diferencia entre el éxito y el fracaso de nuestra película o serie.